21 de noviembre de 2012

Viajando a los origenes

Hace un tiempo que me están rondando señales o circunstancias que ponen en valor claramente que el pasado fue mejor. Pretendíamos renovar, avanzar y prosperar hacia una era moderna pensando que todo lo que hacíamos era mejor, sin mirar inteligentemente atrás y asimilar lo que ya mucha gente había aprendido. Si analizamos bien, hace falta una situación de gravedad como la actual crisis para apreciar las cosas importantes y ver que los valores actuales las estaban perdiendo, así que los avances que ahora se proponen pretenden, de alguna u otra forma, volver al pasado con la consiguiente imposibilidad de tener la misma calidad originaria debido a los cambios que han sufrido.


- Ahora, después de crear ciudades masificadas y casi insostenibles queremos introducir el campo en su interior (huertos ecológicos, zonas libre y verdes, jardines verticales…)
- La industrialización y manufacturación de alimentos ha convertido en un valor muy importante en crecimiento lo natural y sin procesar, como sello de calidad en sí mismo, hasta llegar a pagar más por ellos (Bio, ecológico…)
- Después de llenar las casas de consumo energético y fabricarlas olvidándonos de su ahorro, ahora sí se tiene como prioridad la sostenibilidad y se empieza a valorar las técnicas con las que se fabricaban y habitaban sin tanto gasto energético (confort térmico, acústico, consumo de recursos…)

Y así con cada vez más temas que nos rodean (mobiliario, tendencias…). Incluso con la actual crisis se empeñan en inventar decisiones e innovar, y no aprender de aquellos pequeños países que ahora llaman emergentes y que tuvieron que pasar por situaciones muy complicadas en el pasado.

En definitiva, la forma que ha tenido el conocimiento pasado de darnos una patada en el culo y ponerse en valor ha sido con todos los excesos realizados en el presente. Pero seguiremos cometiendo los mismos errores.

7 de noviembre de 2012

Gente con cosas que decir. III


Parte de una conferencia a cargo de un personaje muy importante en el mundo de la economía y que a su vez tiene la capacidad de explicar las cosas claras, sin rodeos ni expresiones engañosas o dobles lecturas. José María Gay de Liébana, hombre que se denominó a si mismo como el "abuelo-flauta", ya que ha decidido no tragarse las doctrinas que nos llegan impuestas desde los que nos gobiernan. Sin duda merece la pena escucharlo.