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22 de noviembre de 2012
21 de noviembre de 2012
Viajando a los origenes
Hace un tiempo que me están rondando
señales o circunstancias que ponen en valor claramente que el pasado fue mejor.
Pretendíamos renovar, avanzar y prosperar hacia una era moderna pensando que
todo lo que hacíamos era mejor, sin mirar inteligentemente atrás y asimilar lo
que ya mucha gente había aprendido. Si analizamos bien, hace falta una
situación de gravedad como la actual crisis para apreciar las cosas importantes
y ver que los valores actuales las estaban perdiendo, así que los avances que
ahora se proponen pretenden, de alguna u otra forma, volver al pasado con la consiguiente
imposibilidad de tener la misma calidad originaria debido a los cambios que han
sufrido.
- Ahora, después de crear ciudades
masificadas y casi insostenibles queremos introducir el campo en su interior (huertos
ecológicos, zonas libre y verdes, jardines verticales…)
- La industrialización y manufacturación
de alimentos ha convertido en un valor muy importante en crecimiento lo natural
y sin procesar, como sello de calidad en sí mismo, hasta llegar a pagar más por
ellos (Bio, ecológico…)
- Después de llenar las casas de
consumo energético y fabricarlas olvidándonos de su ahorro, ahora sí se tiene
como prioridad la sostenibilidad y se empieza a valorar las técnicas con las
que se fabricaban y habitaban sin tanto gasto energético (confort térmico,
acústico, consumo de recursos…)
Y así con cada vez más temas que nos
rodean (mobiliario, tendencias…). Incluso con la actual crisis se empeñan en
inventar decisiones e innovar, y no aprender de aquellos pequeños países que
ahora llaman emergentes y que tuvieron que pasar por situaciones muy
complicadas en el pasado.
En definitiva, la forma que ha tenido
el conocimiento pasado de darnos una patada en el culo y ponerse en valor ha
sido con todos los excesos realizados en el presente. Pero seguiremos
cometiendo los mismos errores.
7 de noviembre de 2012
Gente con cosas que decir. III
Parte de una conferencia a cargo de un personaje muy importante en el mundo de la economía y que a su vez tiene la capacidad de explicar las cosas claras, sin rodeos ni expresiones engañosas o dobles lecturas. José María Gay de Liébana, hombre que se denominó a si mismo como el "abuelo-flauta", ya que ha decidido no tragarse las doctrinas que nos llegan impuestas desde los que nos gobiernan. Sin duda merece la pena escucharlo.
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